Lumbalgia

¿Qué es una lumbalgia?

La lumbalgia es el dolor la región baja de la espalda que suele asociar una contractura dolorosa de los músculos que se encuentran en esta zona lumbar.

Es un de los motivos de consulta más frecuentes y de limitación en la actividad física en los pacientes jóvenes.

¿Qué es la lumbociatálgia o ciática y qué diferencia hay con la lumbalgia?

La ciática es un dolor del nervio ciático que afecta la zona lumbar y se extiende a las extremidades inferiores y a veces los pies. La lumbalgia se manifiesta por dolor localizado en la zona lumbar exclusivamente.

 

¿Por qué se produce la lumbalgia?

La columna vertebral es el soporte principal del cuerpo humano. Además del apoyo, la columna vertebral tiene una importante función ya que protege la médula espinal.

Las sobrecargas continuadas de la musculatura lumbar, ya sea por su actividad laboral o por otros motivos no laborales junto con la falta de actividad física es el principal motivo de lumbalgia en la población. También puede ocasionarse la lumbalgia por trastornos degenerativos de la columna lumbar como la artrosis de las vértebras lumbares, la discopatía o protrusiones discales

 

¿Qué debemos saber sobre la lumbalgia?

Más del 80% de las personas sufren lumbalgia en algún momento de su vida. En la mayoría de las ocasiones el episodio es autolimitado y cede en el transcurso de unos días. El 90% de las veces el origen de la patología es osteomuscular en personas que llevan un estilo de vida sedentario, realizan esfuerzos o adoptan malas posturas.

Sólo entre un 15% y un 20%  del dolor lumbar responde a una lesión anatómica y únicamente un 2% es debido a causas graves.

ciatico

¿Qué síntomas aparecen?

Los signos y síntomas varían según la intensidad y la zona afectada. Sin embargo, considere que, el dolor en la zona lumbar en uno o en ambos lados, irradiación del dolor hacia las extremidades inferiores si hay afectación del nervio ciático, dolor intenso al ponerse de pie e intentar caminar, limitación dolorosa a la movilidad.

¿Cuándo debemos consultar rápidamente al médico?

En la mayoría de los casos el episodio cede sin intervención médica. Pero debe consultar pronto a su médico si: usted tiene más de 50 años, si hay antecedentes de neoplasia, si presenta una enfermedad crónica, si está tomando tratamiento con corticoides por inmunosupresión, si presenta infección local en la espalda, si ha tenido un traumatismo, si presenta asociado al dolor disminución de fuerza y sensibilidad, parestesias o alteración de esfínteres, si hay irradiación del dolor a las piernas. Si pese al tratamiento que nos ha dado el médico no hay mejoría tras un mes.

 

¿Cómo se diagnostica una lumbalgia?

La clínica suele ser suficiente para el diagnóstico de la lumbalgia. El 90% de los casos con la clínica y la exploración que pueda hacer el médico en la consulta es suficiente.

El médico lo que hará será inspeccionar la a presencia de signos de inflamación, enrojecimiento, hematomas e inspección de las curvas fisiológicas de la columna, después será conveniente la palpación de las vértebras y de la musculatura paravertebral para descartar dolor a la presión. Por último  realizara una  evaluación de la movilidad de la columna.

 

¿Hace falta hacer alguna prueba para el diagnóstico?

Hemos dicho que el 90% son de origen osteomuscular y por sedentarismo, por tanto en pocas ocasiones serán necesarias pruebas. Las pruebas de imagen no pueden identificar una causa patológica del dolor en, al menos, el 85% de los casos.

Cuando existan dudas o el cuadro se cronifíque su médico solicitara una radiografía de la columna lumbar para valorar posibles lesiones orgánicas. En caso de sospecha el médico valorara la posibilidad de realizar otras pruebas mas complejas como resonancias magnéticas, mielografías etc. Siempre valorando la necesidad de las pruebas dado la radiación que conlleva la realización de pruebas cuando además no son necesarias.

 


 

REFERENCIAS:

  • Vilches Fernández, Romero Fernández. Capítulo 30: Lumbalgia mecánica. Manual del Residente de Cirugía Ortopédica y Traumatológica, 2014
  • Barrera Portillo. Guía Clínica de Lumbalgia. Fisterrae, 2013.

Dolor de Hombro

¿A quién no le ha dolido el hombro? De repente o de forma paulatina. No nos deja realizar nuestras tareas diarias con normalidad. Nos duele al moverlo.

Casi todas las personas lo hemos sufrido alguna vez. Es una de las consultas más frecuentes en Atención Primaria, siendo la tercera causa de consulta de causa osteomuscular, después de la patología lumbar y cervical. Es una causa frecuente de baja entre la población activa.

¿Por qué duele el hombro?

El dolor en el hombro se asocia con la realización de esfuerzos y movimientos repetitivos. Son especialmente delicados aquellos movimientos que nos obligan a llevar el brazo por encima o por detrás de la cabeza.

Es frecuente en deportistas, pero también en personas que realicen sobreesfuerzos en cualquier actividad diaria. Es más frecuente a partir de la edad adulta.

¿De dónde viene el dolor?

La articulación del hombro es una de las más complejas. El dolor puede proceder de cualquiera de las estructuras que la forman, siendo lo más habitual  la inflamación de músculos y sobretodo los tendones, o de las bolsas articulares que permiten el desplazamiento de los mismos. De todos los tendones el tendón del supraespinoso es el responsable de la gran mayoría de las lesiones que ocasionan el dolor y cese del correcto funcionamiento articular.

¿Donde aparece el dolor?

El dolor se localiza en la cara externa del brazo habitualmente. Es un dolor intenso, que puede perpetuarse como un dolor sordo durante semanas o meses. Imposibilita la realización de algunos movimientos habituales y necesarios para nuestras actividades básicas, como ducharnos, peinarnos o vestirnos, y además interrumpe  el descanso, ya que es más intenso en la cama obligándonos a dormir casi sentados.

¿Es necesario realizar pruebas complementarias?

El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Esto quiere decir que con historia clínica y la exploración física conseguimos el diagnóstico. No serán necesarias pruebas de laboratorio, radiografías ni resonancias magnéticas. Sólo si la evolución no es acorde a lo esperado, puede que sea necesario apoyarnos en alguna prueba complementaria de cara a elegir otro tipo de tratamiento.

¿Qué puede hacer el médico para aliviarlo?

Después del interrogatorio el médico procederá a una exploración minuciosa de tu hombro. Esto le permitirá orientar  el diagnóstico y pautar el tratamiento.  El tratamiento se basa en tres aspectos fundamentales

  • Analgésicos-antiinflamatorios: se utilizarán pautados, dos o tres veces al día, durante un tiempo. El primer objetivo debe ser ayudar a disminuir el dolor para evitar en lo posible que el hombro esté inmovilizado.
  • Medidas físicas y posturales: el frío podrá ser de ayuda en los momentos iniciales, pero después, lo más recomendable será aplicar calor seco intermitente. Será necesario mantener un reposo relativo, de tal manera que no inutilicemos la articulación, pero no la expongamos a esfuerzos. Además hay pautas para continuar realizando actividades básicas con el menor dolor posible, como comenzar a vestirse por el hombro afecto, y a desvestirse por el sano.
  • Ejercicios de rehabilitación: son la base fundamental de la recuperación y ayudarán a la prevención de nueva patología del hombro. Realizaremos los ejercicios como mínimo dos veces al día, durante aproximadamente 10 minutos. Para su correcta realización, es recomendable que se realicen sin dolor o con el mínimo dolor posible, por lo que se iniciarán después de la toma de analgésicos o antiinflamatorios, y de forma progresiva en intensidad.

El médico valorara la necesidad de tratamientos tópicos con parches o la necesidad de infiltraciones en hombros agudos muy dolorosos y con movilidad reducida.

¿Qué puedo hacer yo?

Es muy importante la realización periódica de los ejercicios rehabilitadores, que deberemos alargar en el tiempo aún cuando el dolor ya haya cedido.

Además es imprescindible identificar las tareas que realizamos para valorar si alguna de ellas es la causante de nuestra sobrecarga de hombro.

Sea paciente y constante. El dolor de hombro perdura durante semanas o meses de forma habitual. Son necesarias pautas regulares de los ejercicios de rehabilitación y una actitud tranquila y positiva para conseguir la recuperación.

Si quiere descargar algunos ejercicios recomendados, pulse aquí


 

REFERENCIAS:

  • Sociedad Española de Reumatología ¿Qué es el hombro doloroso?  [ septiembre 2015; julio 2016] http://www.ser.es/wp-content/uploads/2015/09/20.pdf
  •  Tejedor Varillas A. Miraflores Carpio JL. Caba Doussoux P. Hombro doloroso.  AMF 2005;1(2):63-74

Posturas para evitar el dolor de espalda

La espalda es una parte de nuestro cuerpo compleja y con un trabajo difícil: mantener nuestra postura cuando nos movemos (y también estando quietos). Gran cantidad de huesos, músculos y ligamentos intervienen para que la espalda cumpla sus tareas.

Sin embargo, nuestro estilo de vida y la manera en que realizamos algunas actividades cotidianas, pueden provocar tensiones y desequilibrios que acaben produciéndonos dolor de espalda.

Remediarlo no siempre es fácil, pero existen algunas normas posturales que hay que tener en cuenta. Os las enseñamos en este vídeo que hemos preparado para vosotros:

Si no ves el vídeo, haz click aquí para ver el vídeo.
Si el video te ha parecido interesante comparte este post para que otros puedan verlo.

¿Aún no estás suscrito a nuestro canal de YouTube? Haz clic aquí para suscribirte y no perderte ninguno de nuestros vídeos con información fiable y consejos sobre salud.

 

Fascitis Plantar

“Doctora, desde que empezó el verano, me duele muchísimo la planta del pie, la parte del talón. Estoy en chanclas desde la primera ola de calor, pero me duele tanto que me dan hasta pinchazos. Y  mire que no me he dado ni golpe ni nada, pero cuando me levanto por la mañana y pongo el pie en el suelo es insoportable, luego ya, me voy haciendo”

¿Y qué es lo que duele?

La fascitis plantar es la inflamación de una fascia (banda ligamentosa) que recubre la planta del pie. Esta banda se inserta en diversos puntos óseos recubriendo todo el aparato muscular y ligamentoso por lo que el dolor puede localizarse en cualquier zona de recorrido de la misma, que forma aproximadamente un triángulo con la punta en la cara interna del talón.

Pero yo he hecho lo de siempre

Hay situaciones que pueden precipitarlo: sobrepeso, trabajar de pie de forma estática,  caminar con zapato plano, o hábitos deportivos con carga, por ejemplo, correr. Algunas características propias  pueden aumentar la probabilidad de que nos ocurra, como el  pie cavo – con puente alto-  o el espolón calcáneo (acúmulo de calcio en la inserción de la fascia), pero no son sinónimos de fascitis, pudiendo no aparecer ésta aunque estén presentes.

Y qué hago

Tu médico te preguntará sobre tu dolor, tu actividad habitual incluida tu profesión y tu actividad física. Además, realizará una exploración deteniéndose en los puntos dolorosos de tu pie y tu deambulación (caminar) para valorar tu afectación.

¿Y no me hacen una radiografía?

Si no tienes ningún antecedente traumático no será necesario realizar ninguna prueba de imagen. La historia clínica, junto con la exploración física, nos dan suficientes datos para establecer un diagnóstico. Es mejor iniciar el tratamiento que radiar sin un motivo justificado, ya que la fascitis plantar es la primera causa de dolor de talón habitual.

Hablemos del tratamiento

  • Medidas físicas, es decir, facilitar las condiciones para no perpetuar la fascitis. Calzado adecuado (zapatos con suela ancha y un poco de cuña  2 – 3 cm y con sujeción del talón, evitando chanclas y similares); bajar de peso, realizar reposo relativo, intentando evitar en lo posible la sobrecarga de la zona.
  • Los Ejercicios de Fascitis plantar (hacer click para acceder) son la parte crucial del tratamiento, y tendrán que ser realizados de forma regular -2 o 3 veces al día- durante varias semanas. Podemos ayudarnos de una superficie rodante y fría, para aumentar el efecto analgésico y antiinflamatorio (una botella metida en el congelador nos servirá de herramienta) No hay mejor fisioterapia que la realizada activamente por uno mismo.
  • Como en la mayoría de los problemas osteoarticulares, será útil, siempre que no esté contraindicado, un ciclo corto de antiinflamatorios, durante unos 5-7 días, pautados, para reducir la inflamación de la fascia. Este ciclo se puede repetir, o variar, en función de la evolución. Podrán ser tanto por vía oral como tópica.
  • En ocasiones, unas taloneras blandas pueden acoplarse en tu calzado habitual para disminuir la tensión de la fascia.
  • Si hemos realizado correctamente los tratamientos anteriores, durante al menos tres semanas, y no hay buena evolución, podremos plantear un paso más en el tratamiento. En algunas ocasiones tu médico podrá colocar un parche de iontoforesis con antiinflamatorio local, o realizar una infiltración en el punto de inserción de la fascia. Para este último tipo de tratamientos, y dependiendo de la disponibilidad en tu centro de salud, podrá ser necesario que seas derivado a los Médicos Rehabilitadores.  Ellos realizarán en este punto del proceso una evaluación por su parte y propuesta de tratamiento si los pasos anteriores no han sido eficaces.

Resumiendo, que es gerundio

  • Sin pies, no hay transporte: la fascitis plantar incapacita.
  • Los ejercicios son el primer paso y el último: la constancia es la clave
  • Acude a tu MAP: con una valoración desde el inicio, la fascitis tiene habitualmente buena evolución.

REFERENCIAS:

  • Sarlat, Ribas, MA.“Fascitis plantar” AMF 2008; 4(4); 222-226.
  • Castiñeira, Pérez, C.; Costa Ribas, C. ; Boyero Fernández, L. ; Francisco, Ollarves, J. “Guía Clínica Fascitis Plantar”. Fisterra. Actualización Diciembre 2016 [Acceso julio 2017]

Artrosis de Rodilla

La artrosis consiste en una enfermedad degenerativa del tejido óseo. El envejecimiento es la causa más frecuente de la aparición de la artrosis. La rodilla es una de las articulaciones del esqueleto humano en la que con más frecuencia se desarrolla artrosis junto con la cadera, las manos y la columna. Es importante diferenciarla de la artritis, ya que en ésta es la inflamación la causante de la enfermedad y en la artrosis es el “desgaste”. Son dos enfermedades que cursan con dolor, en ocasiones hinchazón y rigidez, pero en la artrosis el dolor es de tipo mecánico, es decir empeora al moverse.

¿Qué es la gonartrosis?

El término gonartrosis hace referencia a la localización de la artrosis en la articulación de la rodilla. Es un proceso degenerativo progresivo de la rodilla caracterizado por dolor de tipo mecánico y de imágenes radiológicas características.

La  frecuencia de aparición de la artrosis de rodilla, es elevada en comparación con otras articulaciones del cuerpo, eso es motivado porque la rodilla es una articulación «de carga», es decir, tiene que soportar el peso del cuerpo y de los objetos que transportamos, cuando permanecemos de pie o cuando nos desplazamos caminando, corriendo, subiendo o bajando escaleras.

 

¿Cuáles son las causas de aparición de la artrosis en la rodilla?

La edad es el factor más importante en la aparición de la artrosis en cualquier parte del cuerpo. La edad en la que suele iniciarse es entorno a los 50 años y a partir de ahí va progresando lentamente.

Los traumatismos (fracturas o lesiones meniscales) previas, son causa frecuente de aparición precoz de artrosis en la rodilla en pacientes jóvenes. En la edad joven la prevalencia de artrosis suele ser muy baja.

El tercer factor importante a considerar será la obesidad. Los pacientes obesos hacen que sus rodillas tengan que soportar un mayor peso, lo que ocasiona una carga erosiva importante en las estructuras de la rodilla adelantando la aparición de la artrosis y agravándola cuando esta establecida.

La artrosis de rodilla es más frecuente en las mujeres que en los hombres con una  prevalencia 22,11% en mujeres frente al 13,29% en hombres. La razón de esta diferencia entre sexos es desconocida.

 

¿Cuáles son los síntomas?

 El dolor es el síntoma fundamental de los pacientes con artrosis. En este caso el dolor se localiza a nivel de la rodilla. El dolor es leve en etapas iniciales, y aparece fundamentalmente después de realizar ejercicio físico. El dolor se inicia con la marcha mejorando a continuación con el ejercicio y sobre todo con el reposo. El dolor en la rodilla es mayor cuando se sube y se baja escaleras, cuando el paciente se pone en cuclillas y cuando se camina por un terreno irregular.

Aumenta la intensidad cuando la artrosis progresa apareciendo también en reposo y además se acompaña de rigidez después del reposo hasta iniciar el movimiento y posteriormente se produce la limitación de la movilidad de la rodilla dificultando los movimientos de flexo-extensión.

Los pacientes presentan también ruidos en la rodilla cuando la mueven, en forma de chasquidos o sensación de roce y es frecuente que la rodilla se deforme y en ocasiones el paciente la note hinchada por la existencia de derrame, cuando se ha forzado la rodilla.

Si dejamos evolucionar la artrosis, en los estadios avanzados acaba generando además del dolor, impotencia funcional y serias dificultades para poder caminar.

 

¿Qué pruebas me tengo que hacer?

El diagnóstico de la artrosis de rodilla se basa en la anamnesis(síntomas del paciente) y la exploración física  que realizara su médico con el apoyo de pruebas radiológicas de su rodilla. Los análisis de sangre y del líquido articular se realizaran solo si es necesario, para descartar otras patologías.

Para el diagnóstico de artrosis de rodilla tampoco son necesarias otras pruebas más complejas como la resonancia magnética.

 

¿Cuál es el tratamiento? 

En el tratamiento de la artrosis de rodilla debemos tener en cuenta varias medidas:

  • Evitar la obesidad o reducir peso si esta obeso
  • Ejercicios de rehabilitación para fortalecer los músculos de la extremidad y mantener al máximo la movilidad de la articulación.
  • Tratamientos farmacológicos que, indicados por el médico, contribuyen a aliviar los síntomas de la enfermedad.
  • Tratamiento quirúrgico mediante protesis en la rodilla, en las situaciones graves con intenso dolor y dificultad de movilidad.

 

Tratamiento farmacológico:

El tratamiento farmacológico, no es curativo y está indicado fundamentalmente para alivio del dolor. Se utilizan generalmente analgésicos o antinflamatorios. Su médico le aconsejara el más adecuado.

-De entrada se recomienda el uso de Paracetamol: 3-4 g/día. Aumenta la efectividad con el tiempo.

-Si con el paracetamol no es suficiente recurriremos a los AINE orales: si el dolor es moderado o grave, sin control por paracetamol o inflamación articular. Generalmente el Ibuprofeno 400-600 mg/6-8 h, máximo 2.400 mg/día o 1.200 mg/día si el riesgo cardiovascular es elevado. Habrá que emplear además gastroprotector si hay riesgo de gastrolesión.

-Los llamados Coxib solo se usan si existen antecedentes importantes de problemas digestivos y no hay trastornos cardiovasculares.

-Los AINE tópicos: mejoran el dolor y la funcionalidad a corto plazo por su efecto local y el efecto masaje durante su aplicación.

-Si el dolor no mejora, su médico podrá prescribir los llamados opiáceos menores: se utilizan en segunda línea, alternativa a los antinflamatorios. Codeína 30-60 mg/6-8 h. Tramadol 150-400 mg/día

-En fase mas avanzadas de la artrosis se puede recurrir a las infiltraciones. Son inyecciones intrarticulares de glucocorticoides o de ácido hialurónico que presentan mejoría del dolor a corto plazo.

-Su médico le puede prescribir la toma prolongada de fármacos “regeneradores del cartílago”: condritin sulfato, sulfato de glucosamina. El sulfato de glucosamina y el condroitín sulfato son fármacos eficaces y seguros para el control del dolor y la mejoría funcional de los pacientes con artrosis de rodilla leve a moderada, tomados durante seis semanas. No hay evidencia en cuanto a sus propiedades para regenerar el cartílago dañado.

 

¿Pronóstico/ qué evolución me espera?

En general se comporta como una enfermedad crónica de evolución lenta no lineal. A largo plazo, alrededor del 29% de enfermos se estabilizan y los síntomas mejoran.

La tasa de progresión anual es alrededor del 3-4%, siendo mayor en mujeres y personas obesas. Un estudio que predice la progresión de la artrosis utilizando modelos matemáticos basados en población de Estados Unidos, indica que el 8% de pacientes con artrosis entre 60-64 años de edad que sobreviven 10 años, experimentará una discapacidad sustancial debido a la artrosis de rodilla sintomática. Estas tasas varían del 4% en los no obesos al 16% en las personas obesas.

 

Consejos para mejorar su  artrosis de rodilla:

  • El ejercicio protege la articulación y aumenta la fuerza de nuestros músculos. Disminuir al máximo la movilidad, hace que la persona artrósica se convierta en dependiente de los demás. Es bueno caminar, ir en bicicleta y practicar la natación, pero los deportes de contacto o de gran sobrecarga física son menos recomendables. Evite las cuclillas siempre que no sean necesarias. Existen también ejercicios específicos para cada articulación que esté afectada por la enfermedad; solicítelos a su médico, y hágalos diariamente.
  • Deberá moverse y caminar de forma repetida sin largos periodos de sedestación. Combinar ejercicio y reposo.
  • No permanecer con las rodillas flexionadas largos periodos, hacer ejercicios de estiramiento completo durante los periodos en los que se encuentre sentado.
  • Cuando realice viajes debe hacer paradas cada 2 horas y caminar unos 5 minutos para realizar ejercicios de flexión y extensión de la rodilla. Igualmente en los viajes largos en avión deberá realizar estiramientos frecuentes.
  • Evite subir y bajar escaleras sin necesidad, al igual que debe evitar las pendientes con mucho desnivel. En estas situaciones la sobrecarga de su rodilla es mayor y le puede perjudicar.
  • Calzado cómodo: debe emplear un calzado de suela gruesa que absorba la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Esto también puede conseguirse con plantillas o taloneras de silicona que se colocan en el zapato. No use zapatos con tacón excesivo.
  • Duerma en cama plana. Evite sentarse en sillones o sofás hundidos, y use sillas con respaldo recto, donde sus caderas y rodillas mantengan una posición natural y sus pies estén en contacto con el suelo
  • Mantener el peso adecuado y si tiene sobrepeso ousted se encuentra obeso, inicie algún programa dietético que le haga adelgazar; su médico puede ayudarle en este aspecto.
  • Calor y frío. En general, el calor es más beneficioso en la artrosis. Se puede aplicar de forma casera, con la esterilla eléctrica o la bolsa de agua caliente colocadas sobre la articulación dolorosa. Alivian el dolor y relajan la musculatura. En ocasiones, la articulación artrósica puede tener un intenso brote inflamatorio y, en esas ocasiones, es útil aplicar frío local mediante bolsas de hielo o baños fríos

 

Osteoporosis

¿Qué es la Osteoporosis?

La osteoporosis es la enfermedad más frecuente de los huesos. Se asocia de manera progresiva a la edad, aumentando con el envejecimiento poblacional y su prevalencia es mucho mayor en las mujeres sobre todo después de la menopausia.

Se considera que el pico máximo de masa ósea se consigue en torno a los 30 años y a partir de esta edad disminuirá, por eso debemos insistir en mantener un aporte dietético rico en calcio y vitamina D durante la infancia y juventud para que el pico de densidad ósea sea lo mayor posible.

¿Por qué es importante la Osteoporosis?

En la osteoporosis los huesos presentan menor resistencia debido tanto a una disminución de la densidad mineral (DMO) como a una alteración de la microestructura de los mismos por lo que tienen una mayor fragilidad y una mayor predisposición para sufrir fracturas.

¿Qué síntomas da la osteoporosis?

La osteoporosis no da síntomas.

No debemos atribuir a la osteoporosis los dolores articulares que responden a otras causas como artrosis, artritis, contracturas etc.

¿Qué es una fractura osteoporótica?

Una fractura osteoporótica es aquella que se produce sin existir un impacto o un traumatismo importante. Por ejemplo una caída estando sentado en una silla a nivel del suelo en una persona normal no provocaría daño, pero en una paciente osteoporótica puede generar una fractura.

¿Cuáles son las fracturas osteoporóticas más frecuentes?

Las fracturas más precoces son las fracturas de muñeca a partir de los 65 años, y las más frecuentes las fracturas vertebrales que comienzan a partir de los 74 años.

Las de peor pronóstico son las fracturas de cadera con predominio a partir de los 80 años.

¿Cuáles son los factores de riesgo para poder fracturarse?

Existen algunos factores de riesgo que son predictores de baja DMO y otros factores independientes que están relacionados con el incremento de las fracturas.

  • La edad, mujeres mayores de 65 años y varones mayores de 70.
  • Antecedentes personales de fractura por fragilidad previa.
  • Antecedentes de fracturas por fragilidad en padres.
  • El Índice de masa corporal menor de 20 o bajo peso.
  • Tratamiento con corticoides
  • Sexo femenino, sufren mayor pérdida ósea a partir de la menopausia.
  • Tabaquismo activo y/o consumo de alcohol.
  • Riesgo de caídas

¿Qué pruebas tengo que hacer para saber si tengo osteoporosis?

 Para la medición de la densidad mineral de los huesos para lo cual se realizará una densitometría: es el método más utilizado para medir la DMO tanto en mujeres como en varones.

  • Para evidenciar la existencia de fracturas por fragilidad, utilizaremos métodos radiológicos como radiografías del hueso afectado (muñeca, columna y cadera)

Las pruebas de laboratorio  analíticas NO son necesarias para el diagnóstico

¿A quién tengo que pedir una densitometría?

 La densitometría no debe realizarse de forma indiscriminada como método de screening.

La decisión de realizar una densitometría debe basarse en criterios clínicos para seleccionar aquellos pacientes en los cuales la medición sea un factor más para considerar la instauración de un tratamiento farmacológico.

La densitometría NO estará indicada:

  • Como estudio rutinario de menopausia
  • Como cribado sistemático de osteoporosis
  • En estudio de dolor crónico de espalda
  • En pacientes que no acepten tratamiento farmacológico posterior

¿Cuándo tengo que repetirme la densitometría?

No está recomendada la realización periódica de densitometrías en población aparentemente sana sino aparecen motivos clínicos que la justifiquen.

 ¿Cómo puedo prevenir la osteoporosis?

Existen medidas que nosotros podemos adoptar que nos ayuden a mantener una buena densidad mineral de los huesos. Esta medidas deben aplicarse a la población general y sobre todo a  aquellas personas que presenten mas factores de riesgo de poder sufrir fracturas osteoporóticas. Entre ellas destacamos:

  • Evitar el consumo de tabaco y alcohol
  • Reducir el consumo de café, pues la cafeína incrementa la perdida de calcio por la orina. No consumir mas de 4 cafés al día.
  • Realizar ejercicio físico adaptado a nuestras necesidades.
  • Dieta rica en aporte de calcio, se recomienda un aporte diario de calcio de 1000-1200 mg/ Día. La fuente principal será la leche y sus derivados.
  • Dieta adecuada de vitamina D, mediante dieta y exposición solar.
  • Identificación de factores que influyen en las caídas (corrección de alfombras, platos de ducha , medidas de apoyo y ejercicios que mejoren la estabilidad)

¿Cómo se trata la osteoporosis?

La existencia de una densitometría patológica por sí sola no es criterio suficiente para instaurar un tratamiento farmacológico.

Su médico determinará cuando es necesario comenzar el tratamiento con fármacos específicos que además deberán suplementarse, salvo que existan contraindicaciones, con aporte de calcio y vitamina D en forma diaria de suplementos.

Recuerda: una dieta rica en calcio y vitamina D acompañada de ejercicio físico contribuye a la reducción de fracturas por fragilidad y esta se potencia si reducimos el número de tóxicos como alcohol, tabaco y café.


 

Tengo artrosis

¿Qué es la artrosis?

Es una enfermedad crónica, no se cura. Cursa con periodos de mejoría y periodos de empeoramiento en los que notarás más dolor.

Se trata de una enfermedad articular que afecta especialmente al cartílago. El cartílago forma una capa que recubre los huesos en la superficie articular e impiden que rocen. En la artrosis se desgasta y por eso los huesos de la articulación rozan produciendo dolor, inflamación y pérdida de movilidad.

¿Quién puede padecer artrosis?

La artrosis en la enfermedad reumática más frecuente. Afecta tanto a hombres como a mujeres.

¿A qué partes del cuerpo puede afectar?

La artrosis puede afectar a cualquier articulación pero afecta con más frecuencia a rodillas, caderas, manos y columna.

¿Qué factores pueden favorecer la aparición de la artrosis?

  • La edad: la artrosis aumenta con la edad pero no siempre aparece en personas mayores.
  • Exceso de peso y obesidad: el exceso de peso hace que las articulaciones que llevan esa carga extra de peso sufran más. Por eso, ante un exceso de peso se ven más afectadas las rodillas y caderas.
  • Defectos genéticos del cartílago articular
  • Pequeños golpes (microtraumatismos) repetidos sobre una articulación, durante largos periodos de tiempo debido a un trabajo o deporte.
  • Lesiones, fracturas o traumatismos sobre una articulación.

¿Qué síntomas puede darme la artrosis?

  • Dolor: aparece con el movimiento o al cargar la articulación. Empeora a medida que avanza el día. Sin embargo, hay veces que el movimiento lo puede mejorar. Conforme avanza la enfermedad, el dolor puede aparecer incluso en reposo y durante el descanso nocturno. El dolor suele empeorar con el frío y con la humedad.
  • Deformidad: la articulación se ensancha. Puede ocurrir que levantarse de la cama o después de estar sentado mucho tiempo la articulación presente cierta rigidez.
  • Inflamación articular: pueden aparecer periodos de agudización con inflamación articular (hinchazón, aumento de tamaño, dolor).

¿Qué pruebas pueden hacerme para diagnosticarme de artrosis?

Tu médico puede hacer un diagnóstico basándose en los síntomas y la exploración de la articulación (dolor, rigidez y deformidad de las articulaciones).

En ocasiones puede pedirte una radiografía de la articulación que puede ayudarle a confirmar el diagnóstico clínico y a descartar otras enfermedades.

Los análisis de sangre y orina no ayudan en el diagnóstico de esta enfermedad. Hay otras pruebas como la densitometría ósea, el TAC o la resonancia que no suelen ser útiles o necesarias en el diagnóstico de la artrosis.

¿Cómo se trata?

Es una enfermedad crónica que no se cura. Vas a tener periodos de mejoría y periodos con más dolor. La artrosis va avanzando poco a poco.

El tratamiento de la artrosis es un tratamiento para conseguir que no tengas dolor, para mantener la función articular con la mejor capacidad posible y para que la artrosis avance lo más lento posible. Para ello podemos:

  • Evitar el sobrepeso y la obesidad, de manera que nuestras articulaciones de carga sufran lo menos posible.
  • Hacer ejercicio dentro de la capacidad de cada uno. El ejercicio en el agua, donde las articulaciones están descargadas de peso y no sufren, es muy recomendable.
  • Tomar analgésicos y otros medicamentos, fundamentalmente en los periodos de dolor.
  • Realizar fisioterapia.

Cuando la artrosis está muy avanzada, en muchos de los casos la única solución es la cirugía.

Consejos para pacientes con artrosis

  • Evita el sobrepeso haciendo una dieta mediterránea sana y equilibrada.
  • Haz ejercicio (nadar, caminar en llano, bailar…) al menos tres veces a la semana durante 30-40 minutos.
  • Cuando tengas dolor usa calor seco durante periodos de 10-15 minutos varias veces al día. Si hay inflamación, aplica frío. Los contrastes frío-calor también pueden resultar beneficiosos
  • No adoptes posturas que carguen las articulaciones. Evita mantener una misma postura mucho rato o estar mucho tiempo de pie.
  • Lo ideal es dormir en una cama dura y sentarse en sillas altas con respaldo, evitando los sillones bajos y hundidos.
  • Evita sobrecargar la articulación (no camina cargado y evita levantar pesos).
  • Utiliza un calzado adecuado, cómodo, de suela gruesa, plano o con un tacón bajo.
  • Hay algunos dispositivos en la ortopedia que pueden ayudarte a descargar la articulación (andadores, bastones, muletas…). Si usas muleta o bastón, recuerda ponerla en el lado contrario al que te duele.
  • Debes evitar el dolor usando analgésicos o antiinflamatorios. Sobre otros tratamientos como infiltraciones, la fisioterapia o cirugía, debes consultar con tu médico.

Si evitas el sobrepeso, la artrosis quedará más lejos